lunes, 30 de junio de 2014

Aportaciones hacia la comprensión intercultural hacia una comprensión cósmica

¿Para qué sirve el diálogo intercultural? Pues no sólo para los exotismos tan apreciados en el siglo pasado sino para comprender cada vez más al universo que nos rodea y sus alcances. En Mesoamérica indígena, antes de la llegada de los españoles, convivieron cientos de culturas nómadas y otras no tan nómadas que tenían distintas formas culturales pero compartían visiones arquetípicas que se han ido descubriendo a la manera de paralelismo interpretativos que hacen afirmar a muchos antropólogos acerca de una cultura raíz que manejaba sin duda conocimientos muy importantes acerca del espíritu o como hoy le llamamos “energía“. Muchos de estos conocimientos hermanan a las culturas prehispánicas con las culturas orientales sobre todo en aspectos y métodos prácticos de utilización de esta “energía“ o “energías“, que circulan en el universo y en particular en la naturaleza.

De ahí que se encuentren dioses paralelos en varias de las culturas mesoamericanas, como Quetzalcóatl, que con casi los mismos atributos se veneraba entre los otomíes - tal vez la más antigua cultura asentada en el Bajío y centro del país - como Kemsi, y que en maya se le llamaba Kukulkán, así como tenía esos mismos paralelismo con Huiracocha y Viracocha y otras deidades del viento como Ehecatl. Pero esos paralelismos no se quedan en una sola deidad sino que hay muchas más deidades con paralelismos semejantes como Huitzilopochtli - dios de la guerra para los mexicas -, que entre los mayas era Bolon Yokte Ku y entre los otomíes era Otontecutli, fundador de la Nación Otomí. Esos paralelismos se profundizaron primero con el imperio maya y después con el imperio medica, que al llegar los españoles pasaba por un período de síntesis en sus religiones y culturas que albergaba lo que hoy se conoce como Mesoamérica.

De tal suerte que por todo el imperio mexica circulaban conocimientos ancestrales a través de oficios que hoy llamarían de magia y milagro, pero que para aquella época eran prácticas comunes que los guerreros usaran plantas de la herbolaria tradicional para aguantar las largas travesías en los territorios dominados y que ese oficio de herbolario o yerbero fuera muy apreciado en la antigüedad mexica, además de que como civilización mesoamericana dedicada enteramente a la guerra y la conquista, junto a la circulación de saberes interculturales se desarrollaran métodos y prácticas guerreras importantes y el uso continuo del diálogo intercultural y la síntesis cultural para la convivencia en tiempos de paz. Por eso no es de extrañar que en el Aiki Chamánico, estemos en pro de prácticas guerreras si, pero también de diálogo intercultural y síntesis cultural.

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