lunes, 22 de febrero de 2016

Mi ponencia en Cámara de Diputados de México

El uso ritual de la mariguana entre los otomis
Por el Bädi Mario Ramirez Centeno

El punto de vista de los consumidores de la mariguana tiene diversas aristas y para el caso de los pueblos indígenas tiene implicaciones culturales, políticas y religiosas. Derivado de una problemática particular dada la condición del pueblo otomi en particular, al ser un pueblo originario y que actualmente habita en Querétaro, Hidalgo, Guanajuato, Estado de México, Ciudad de México y con algunos enclaves en Oaxaca, Michoacán y Guerrero, que ha sido marginado y negado en cuanto a su historicidad y validez como causa y gentilicio con dignidad que guarda todavía una lengua propia con 8 variantes reconocidas, instituciones propias, representantes y cargos propios, así como usos y costumbres parte de su propia cultura. Y sin embargo en su mayoría es bilingüe, respeta el pacto constitucional y son ciudadanos mexicanos con una capacidad de voto importante en los estados mencionados. Esta condición genera implicaciones diversas y problemáticas determinadas para los enclaves que reconocen a los Bädis o chamanes otomis como parte de las funciones sociales de su cultura. Los Bädis y muchos de los otomis en varios de sus enclaves, consideran a la mariguana como planta sagrada y tiene usos rituales como parte de su religión con raíces prehispánicas al ser pueblo originario y aunque la mariguana llega después de la conquista, fue adoptada como planta sagrada al ser usada por los Bädis para el trance y el sueño, condiciones necesarias del Bädi y sus usuarios para sus prácticas de religión, adivinación y sanación, por sus resultados que le dan su condición de planta sagrada o enteógena, conocida entre los otomis como la Santa Rosa.
Problemática cultural
Aquí se presenta una realidad en la que la cultura propia de los otomís reconoce el uso de la mariguana como una planta sagrada pero que entra en contradicción con su prohibición pública y su persecución policiaca por parte del estado, por lo que su uso es clandestino a pesar de formar parte ya de su cultura al menos por tres siglos. Aunque la Constitución mexicana apenas cumple 100 años el próximo año y los otomis llevan aproximadamente 300 años usando con fines religiosos, de adivinación y sanación a la mariguana, formando ya parte de sus usos y costumbres o cultura propia; en la misma Constitución Política mexicana se incluyó apenas en 2001 una reforma en el Artículo 2 Apartado B que mandata eliminar cualquier práctica discriminatoria y la prohibición del consumo de la mariguana para usos religiosos, de adivinación y sanación por parte de los otomis contraviene con ello. Por ello es que se caracteriza a esta prohibición como parte del ejercicio fáctico del arsenal de los colonialistas occidentales contra las culturas originarias de nuestra nación.
Problemática política
La anterior problemática cultural genera una problemática política en la que el pueblo otomi ha optado por el uso clandestino de la mariguana, táctica de otros consumidores para fines lúdicos o de relajamiento, no sólo de religión, adivinación y sanación como los otomis, esto le ha dado al narcotráfico su poder fáctico oculto, que el permiso de autocultivo liberaria a la realidad financiera del narcotráfico, visibilizando los ingresos y la realidad económica de la mariguana restándole fuerza al poder económico del narcotráfico. Optar por la prohibición implicaría beneficiar a los de siempre: esos voraces industriales que se enriquecen haciéndole la competencia a la mariguana y sus derivados industriales como son el papel, los hilos, los fármacos y otros derivados de la mariguana. Porque en el fondo la contradicción política tiene sus intereses económicos bien definidos y es defender a los mismos de siempre. Si ellos nos acusan de ser apoyados por intereses del narco o intereses de instituciones extranjeras, nosotros los acusamos de recibir cañonazos de esas industrias, pues sabemos muy bien que la prohibición del consumo es parte de esa política que prohibe también la siembra, el trasiego y la industrialización de la mariguana y sus derivados.
Problemática religiosa
La realidad en el aspecto religioso es la de una contradicción de colonialismo religioso en la que la persecución religiosa se mantiene, disfrazada de criminalización de uso de la mariguana para fines religiosos. El uso de plantas sagradas o plantas de poder entre los chamanes indígenas es milenaria y forma part de de su cultura y su religión, el culto a la Santa Rosa, es sincrético y no reconocido por la iglesia católica la que incluso promueve su persecución por lo que el permiso para su uso religioso, adivinatorio y de sanación le daría vigencia al pleno derecho de las libertades religiosas en un estado laico o lo contenido en la Constitución será letra muerta.
La práctica del chamanismo indígena por parte de un servidor ha generado la persecución religiosa de agrupaciones como los Soldados de Jesucristo, quienes mantienen hackeadas mis cuentas de Facebook y promueven junto con otros el envenenamiento constante y el ataque continuo a un servidor. La persecución religiosa de los intolerantes cristianos y católicos es una realidad y la prohibición del uso de plantas sagradas como lo es la mariguana para los pueblos indígenas es parte del arsenal de estos intolerantes. Esta condición la comparten los otomis con las tribus urbanas de los jóvenes como los Rastas o rastafaris y otros que forman parte de la llamada New Age que usan rituales parecidos con uso de plantas sagradas milenarias.


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